domingo, 21 de junio de 2015

Por qué El Príncipe de Bel Air es el mejor opening ever


Un minuto y ocho segundos. Un minuto y ocho jodidos segundos. En ese infame tiempo se puede hacer historia. Historia molona, no la de la Commonwealth, por ejemplo. ¿Cómo?, preguntaréis ávidos de respuestas. Siendo el opening de El Príncipe de Bel Air. Porque, lo creáis o no, incautos lectores, es en esta introducción donde se dan las mayores cotas de paroxismo noventero, de la unión de imagen y sonido explicando los mismos hechos, como un todo indivisble, que por separado, no es lo mismo. Como comprarte Nocilla sólo negra. Usted es una vergüenza, perdona que le diga. El caso que nos ocupa: el opening de El Príncipe de Bel Aire es una historia clave en lo que será la ficción sonora per se resumida en un minuto y ocho malditos segundos. Lo comprobamos por estrofas. Y si no, desmiéntemelo:

1.- Ahora escucha la historia de mi vida/ Y de cómo el destino cambió mi movida/ Sin comerlo ni beberlo llegué a ser/ El chuleta de un barrio llamado Bel Air 
En un trono que ni es de hierro pero da vueltas, con toda la molaridad intrínseca a las cosas que dan vueltas, aparece un imberbe Will Smith cantando. MUY BIEN empezamos. Se sobreimpresionan unas letras de tipografía graffitera que tú ya, como jovenzuelo en ciernes que eres, tomas como propias porque ese es tu rollo y tu flow. Y una voz te traduce simultáneamente ese texto al castellano más neutro. Los noventa rules! Okey makey, pero ¿y esa letra? Ya te ha dicho el final, va a ser quien lo peta en Bel Air, pero tú quieres más, quieres saber cómo diantres llegó a ser el chuleta de ese barrio. Luego que si Gabriel García Márquez, que si 'El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5.30blablablá' y muchas cróncias de muertes anunciadas. Aquí te han dicho que va a ser el chuleta y lo va a ser y no os veo dando el Nobel a Will.

2.- Al oeste en Filadelfia, crecía y vivía/ Sin hacer mucho caso a la policía/ Jugaba al basket sin cansarme demasiado/ Porque por las noches me sacaba el graduado 
Filadelfia. Lo que sabemos de Filadelfia es que TomHanks tiene sida. No es un buen lugar. Se juega al basket (baloncesto en inglés, learning english) pero también te sacas el graduado. Mens sana in corpore sano. Toda una filosofía vital en dos líneas. El Carpe Diem de antes molaba más. Pero allí se crió como un outsider, porque, joder, no le hace caso a la pasma, y si le pillan pintarrajeando las paredes, él hace como que se estaba echando desodorante. Oh, Will, cuántas formas nos has enseñado de librarnos de los problemas.

3.- Cierto día jugando al basket con amigos/ Unos tipos del barrio me metieron en un lío/ Y mi madre me decía una y otra vez/ ¡Con tu tío y con tu tía irás a Bel Air!
Como ya conoces su fascinación por el deporte de la canasta, pues ahí le tienes, con amigos, porque es muy sociable, pero DE QUÉ VAS BITTER KAS. La que ha liado nuestro Will, una pelota ha impactado oportunamente en unos niggas vestidos de black y con un radiocassette como mi puta casa de grande. El lío del que te informa la canción.Y claro, su madre, que tiene una edad considerable como madre, no soporta que su hijo vaya a tener problemas con la peñita, así que opta por la típica solución de madre: mandar al hijo a la otra punta del país con sus tíos para que siga con el basket y el graduado nocturno, porque al revés le viene fatal. Vamos, la solución que cualquier progenitora se ha planteado en algún momento y sólo los foráneos en Madrid sabemos que es cierta.

4.-Llamé a un taxi, cuando se acercó/ Su molonga matrícula me fascinó/ Quería conocer a la clase de parientes/ Que me espera en Bel Air con aire sonriente 
Llamó al típico taxi que hace esta ruta
y, ATENTOS, porque la frase 'Su molonga matrícula me fascinó' entraña tanto amor por los noventa que <3 : el adjetivo molongo/a no se ha dado en ningún otro documento de la época, el verbo fascinar ha quedado en un limbo del que sólo sale cuando cantamos esta intro y, sobre todo, descubrimos que en EE.UU. tú le puedes poner a tu matrícula lo que te dé la real gana, y no un azaroso cúmulo de números y letras al que tenías que sacar un significado que bien podrían tener otros cientos de matrículas. En esta pone 'California FRESH', y ese es, por ahora, el único palimpsesto de lo que es algo molongo. Bueno, eso, y acabar una estrofa diciendo 'con aire sonriente', que vaya poetas había en los noventa traduciendo openings.


5.- A las siete llegué a aquella casa/ Y salí de aquel taxi que olía a cuadra/ Estaba en Bel Air y la cosa cambiaba/ Mi trono me esperaba, el príncipe llegaba
Vamos a ver, vamos a ver. ¿Es imprescindible saber que llegó a las siete? Por supuesto que SÍ. ¿A qué hora va a llegar? Pues justo después de merendar y con el tiempo necesario para dejar las maletas ducharse y cenar. Toda la damn ruta de arriba, los 2.759 kilómetros pensados para llegar a esa hora. Lo que pasa es que algo de aventura tiene que haber y no pensaron mucho en lo de que oliera mal (muy necesario el gesto de Will tapándose la nariz, porque eso significa que huele mal, aunque ya me diréis cómo huelen vuestros autos después de toda ese viaje na más viendo lo mal que huele el metro recién levantao). En fin, que ha llegado a Bel Air y la cosa cambia. ¿Cómo? Pues ya te lo dijo al principio: él va a ser el chuleta de ese barrio. Y eso sólo se consigue imponiendo algunas cosas, entre ellas, que te llamen príncipe. Y Will puede. Claro que puede. Se saca el graduado escolar por las noches porque durante el día procrastina. Eso no se le había ocurrido a nadie. Carpe Noctem. El amo. El opening.



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