jueves, 11 de junio de 2015

Christopher Lee en cinco papeles de fliparlo mucho

Hoy es un día aciago, negro, un bluff; un día en el que casi mejor habría sido no levantarse de la cama; a la sazón, una época en la que desearías que El Hobbit. La Batalla de los Cinco Ejércitos no hubiera sido la última película que habíais visto en la que saliera Christopher Lee. Porque ha muerto. El veterano intérprete dejó de sacarnos cuatro cabezas (mínimo) el domingo pasado a causa de un problema respiratorio, aunque no haya sido hasta hoy que trascendiera a los medios. Con nada menos que 93 años y más de 250 películas a sus esculturales espaldas, este flamante británico de voz inolvidable, físico portentoso y epítome de todo lo que hay de elegante, gentleman e imponente en el mundo, ha acabado asistiendo al ocaso de su vida; un ocaso ante cuya inminencia jamás se planteó, sin embargo, dejar de currar, y de deleitarnos con sus dicciones y maneras. Incluso cantó con Rhapsody of Fire y Manowar, y eventualmente montó su propia banda, "Christopher Lee Charlemagne", que, sencillamente, no podría tener un nombre más épico. Ojocuidao.
   Hoy, en Y con razón, toca homenajearle, y para ello nada mejor que seleccionar cinco películas de su holgadísima cinematografía; concretamente, las únicas cinco que hemos visto en las que sale él. Que nos acordemos. No hemos visto ninguna en la que hiciera de Drácula o de Sherlock Holmes así que no las vamos a incluir, pero estamos 100% seguros de que en ellas el bueno de Kristof lo peta igualmente. Por orden:

Éste no es Christoper Lee, ¿no? Bueno vale, seguimos pensando

- 1. La vida privada de Sherlock Holmes (1970). De acuerdo, éste no es precisamente uno de los mejores trabajos de Billy Wilder, ni siquiera supera con demasiada comodidad las películas protagonizadas por Robert Downey Jr. en cuanto a lo que el canon holmesiano se refiere; pero sin duda se trata de una de esas películas que tienen "algo". Un "algo" que le permite trascender sus abundantes y estrepitosos fallos (parece ser que Wilder tenía pensada una película de cuatro horas y la poda fue, consecuentemente, de aúpa), inyectándole una desarmante melancolía al agujereado guión, y apuntalado por las extraordinarias interpretaciones de todo el elenco. Robert Stephens como un taciturno y trágico Sherlock Holmes, Colin Blakely como un irascible y divertidísimo John Watson, y ATENCIÓN, nuestro Christopher Lee haciendo de Mycroft Holmes. Exacto, el hermano del detective, que trabaja en el gobierno británico y, por increíble que parezca, supera al inquilino de Baker Street en inteligencia y dotes deductivas. Christopher Lee se come la pantalla en los escasos diez minutos en los que aparece gracias a una actuación sobria y minimalista, sazonada con lo cachondo que es que, con anterioridad, hubiera interpretado al propio Sherlock. Exacto, Lee ha sido los DOS hermanos Holmes, y sólo por eso ya es más sublime que, por ejemplo, Benedict Cumberbatch. Aunque nos duela. Que tampoco es eso.

- 2. El hombre de la pistola de oro (1974). Nuevamente, una película que no es que sea la panacea, pero que Christopher Lee levanta él solo a puro huevo y carisma. En este caso se trata de uno de los filmes de James Bond más encantadores (como todos los protagonizados por Roger Moore) pero también más fallidos, en cuanto a una jugosa idea extremadamente mal aprovechada. Kristof aquí es Francisco Scaramanga, la perfecta némesis de 007, un hombre tan despiadado y terrorífico como arrebatadoramente atractivo, y del que insisten en establecer supuestos paralelismos con la personalidad del propio James Bond. Sin embargo, la película es tan loca y hortera que nunca consigue profundizar demasiado al respecto, y a cambio tenemos a un villano con mucha clase que vive en una isla paradísiaca, tiene una pistola pues eso, de oro, y gasta unas camisas horribles. Camisas que, sin embargo, a Christopher Lee le quedan cojonudas. Porque es Christopher Lee. 

Mmm sí, la pistolita también era lamentable

- 3. Star Wars. Episodio II. El ataque de los clones (2002). Damos un salto de casi treinta años para plantarnos en la segunda de las precuelas con las que George Lucas insistió en escupir, supuestamente, sobre su legado. La línea editorial de Y con razón no es de esta opinión, como ya sabrán los lectores, pero eso no quita que no pensemos que el Episodio II es la peor entrega de la saga con bastante diferencia. Los diálogos entre Anakin y Padmé son pura y llanamente una vergüenza, el ritmo es moroso, la trama muy rara, y Jar Jar Binks sólo aparece en dos escenas, pero a cambio tenemos a, sí, Christopher Lee, haciendo del Lord Sith más señorial y civilizado de la galaxia. Su personaje, el simpar Conde Dooku, no aparece hasta la hora y media de película vaya usted a saber por qué, pero cuando lo hace se gana los aplausos de todo el mundo, porque nunca personaje tan insulso fue defendido con tanto oficio y maestría. Al principio de La venganza de los Sith, de hecho, Dooku aparece dos minutos y se lo cargan y, aún así, nos acordamos de él. Algo muy parecido, por cierto, a lo sucedido con el personaje de Saruman entre Las dos torres y El retorno del rey, con la diferencia de que su muerte ni siquiera apareció en el montaje final de la tercera película. Sinsentidos, despropósitos, afrentas intolerables, que nuestro amigo Kristof se toma con filosofía, sabiendo que no hay nadie como él.

- 4. Charlie y la fábrica de chocolate (2005). En esta infravaloradísima película de Tim Burton nuestro colega, para no faltar a la tradición, sólo sale en una escena, pero ésta resulta ser imprescindible para comprender al personaje de Willie Wonka (Johnny Depp) y, por tanto, a la película entera. Concretamente, Wilbur Wonka es un estricto y amedrentador dentista que marcará por siempre la personalidad de su hijo, y la labor de Christopher Lee es tan estupenda que, nuevamente, la recordamos perfectamente pese a los escasos minutos en pantalla; algo que no hacemos con, por ejemplo, Helena Bonham-Carter. Que sí, claro que recordáis que salía, pero es una peli de Tim Burton, listillos. ¿Cuál era su personaje? Exacto, ni puta idea. 

- 5. El Hobbit. La Batalla de los Cinco Ejércitos (2014). Sí, la hemos acabado poniendo y no, no nos hemos vuelto locos. Somos conscientes de que la tercera parte de esta trilogía es una basura de proporciones bíblicas (al igual que la segunda, no tanto en el caso de la primera), y que es casi insultante que escojamos dicha peli en detrimento de cualquier parte de El Señor de los Anillos. Sin embargo, aquí el señor Lee, Saruman, no sólo protagonizaba el rescate más estúpido y delirante de toda la historia de la Tierra Media, sino que encima lo hacía maravillándonos con sus dotes de kung-fu. ¿Se trataba todo de CGI? ¿De un doble? ¿De ambas cosas? Nosotros preferimos pensar que no, que Kristof era a sus años perfectamente capaz de eso y más, y por ello hemos escogido esta cosa para clausurar el artículo: puede que ningún film haya mostrado la absurda y primigenia grandeza de Christopher Lee como La Batalla de los Cinco Ejércitos. Y eso no está pagao.

"Dejadme a mí a Peter Jackson"
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- 6. Vale, vale, vale, rectificamos; nos vemos obligados a añadir El Señor de los Anillos. La Comunidad del Anillo. ¿Ha estado alguna vez Christopher Lee más jodidamente genial que aquí? Por favor. Cómo traiciona. Cómo habla. Qué dominio del Palantir. Qué manera de vestir el blanco. CÓMO MOLA LA PUTA ESCENA DEL PASO DE CARAHDRAS.


Y ahora sí que nos vamos. Ve en paz, enemigo de Gondor.

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